El territorio es un espacio geográfico en el cual están inmersas las dimensiones política, jurisdiccional y cultural. El territorio es considerado como un producto social e histórico, dotado de una determinada base de recursos naturales, de ciertas formas de producción, consumo e intercambio; y de una red de instituciones y formas de organización que dan cohesión al resto de elementos. Eso hace que tenga que ver con las interrelaciones entre las personas y con su identidad comunitaria (Iarna-URL, 2014).

El concepto de territorio considera, entonces, tres factores decisivos: el soporte material, sus habitantes, y la relación que los une y los legitima en ese espacio de la superficie terrestre. Se considera que territorio “es un producto social e histórico (el cual trasciende el ámbito espacial y se constituye de un tejido social bien definido y diferenciado), dotado de una determinada base de recursos naturales, ciertas formas de producción, consumo e intercambio, y una red de instituciones y formas de organización que se encargan de darle cohesión al resto de elementos” (IICA, 2003, citado en Iarna-URL, 2014).